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Sin titulo


Toda mujer en la tierra sabe de aquella idea ancestral sobre lo conveniente que es buscar el mejor partido para establecer una relación a largo plazo, como decían antes las madres a las hijas " sin dinero no se puede vivir, el amor viene después". Y en último caso, si jamás ha escuchado tal idea, frente a dos diversas opciones instintivamente el cuestionamiento surge.
Siempre me he preguntado si este debate entre estas dos partes que parecen únicas: parte uno, amor sin dinero; parte dos, dinero sin amor; serán realmente las únicas posibilidades, pues los cuentos que se escuchan menos llegan sólo a la insinuación de un amor y consecuentemente dinero. Será que por tradición hombres con dinero y con un carácter lo suficientemente encantador son escasos ?
Hasta en la tribu más primitiva, la madre cría a la hija, con esperanzas de que sea elegida por el jefe, sí, el mejor partido. No es de sorprendernos ahora que algo tan intrínsico siga sucediendo... Madres crían a las hijas con la esperanza de que elijan por esposo un médico, un abogado, un ingeniero. Inclusive aquellas madres que si bien incentivan lo suficiente a sus hijas para que se valgan por si misma y sean ellas las abogadas, doctoras o ingenieras, no esperan menos que se casen con algún compañero de carrera.
Por mi parte, acepto que todo lo que he leído ha tenido un efecto convencedor en mi, y creo firmemente que la vida no vale la pena vivirla sin esperar que llegue ese gran amor, esa aventura que en algún lugar me ha de estar esperando. Es cierto que mi experiencia en asuntos del corazón tienden a la nulidad absoluta en la realidad que día a día toca vivir, pero deben darme un poco de crédito cuando se trata de ensoñaciones. Claro que los detalles son sólo para mi.

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